Caía la tarde en Madrid, el pasado 26 de septiembre, y a las afueras del Auditorio Mutua Madrileña se agolpaba una multitud expectante. Conversaban entre ellos, recordaban anécdotas de un pasado no muy lejano, se abrazaban. Casi todos extranjeros, casi todos venezolanos egresados de la Universidad Metropolitana y, todos, visiblemente deseosos de escuchar los casos de éxito de sus coterráneos, de soñar un país próspero y hablar de proyectos innovadores y reconstrucción. El evento que los reunió fue el Encuentro de Egresados y Amigos de la Universidad Metropolitana en Madrid que, en su primera edición, recibió a más de 500 personas.
Poco de después de las 6:30 pm una voz familiar para la mayoría de los que ocupaban las butacas de La Mutua alegremente dio la bienvenida al auditorio y tomó algunos minutos para introducir el evento. “¿Y el país dónde está?, ¿dónde existe un país?”, increpó el reconocido humorista venezolano, Laureano Márquez a la concurrencia y, acto seguido, él mismo respondió: “el país existe en la cabeza de sus ciudadanos, por eso hoy, aquí, está presente Venezuela”. Aplausos. Nostalgia. Expectativa.
“Es la universidad venezolana la que hoy nos convoca para apoyarla”, prosiguió Márquez. “¿Por qué? Porque la universidad lo requiere, porque la universidad tiene que seguir existiendo para que el país exista, porque si el país se nos acaba en el pensamiento se nos acaba también en la realidad”, puntualizó el también politólogo de origen canario.
Fue una jornada optimista en la que participaron cuatro emprendedores venezolanos con negocios exitosos en España, Andoni Goicochea (Goiko Grill), Johanna Muller-Kligspor (El Velázquez 17, Café Murillo, Coolinaria), Román Jove (Cervecera Península) y Fernando Rodríguez (Antojos Araguaney); parte del liderazgo de la Unimet, rector Benjamín Scharifker, vicepresidente de desarrollo José María de Viana, presidente del Consejo Superior Luis Miguel Da Gama y el también miembro del Consejo Superior Lorenzo Mendoza; y un importante grupo de egresados encabezado por el director general de Deepwell Liquidity Management, Juan Urdaneta.
A propósito de la universidad venezolana y, más específicamente de la Unimet, el rector de esta casa de estudio, Benjamín Scharifker, dijo que tendrá un papel protagónico en “la construcción de la nueva Venezuela que sentará sus bases en el talento de los venezolanos”.
“Muchas universidades venezolanas, debido al proceso migratorio y a las condiciones económicas de los que están todavía en Venezuela, han perdido cantidades importantes de estudiantes, ¿cómo logramos retener a los estudiantes? Con grandes apoyos por parte de la universidad, sosteniendo laboratorios, sosteniendo profesores, sosteniendo proyectos para que los estudiantes puedan trabajar y proveyendo inclusive becas”, declaró Scharifker a la prensa local.
De formación de talento y el rol fundamental de la universidad en ese proceso de formación habló también el vicepresidente de desarrollo de la Unimet, José María de Viana. Para el ingeniero “el nuevo país será construido por jóvenes de menos de treinta años”, en ese sentido, afirmó: “tenemos una responsabilidad inmensa (la universidad venezolana)”.
El discurso de quienes, durante el segundo panel, hablaron en nombre de la anfitriona de la noche, la Unimet, fue claro, consono y visionario, y lo resumió en una frase el miembro del Consejo Superior y presidente de Empresas Polar, Lorenzo Mendoza: “Venezuela será recordada en el siglo XXI como un milagro de la prosperidad”.
El cierre de la actividad estuvo a cargo del presidente del Consejo Superior y de Excelsior Gama Supermercados, Luis Miguel Da Gama, quien, además de hablar de formación de talento humano, agradeció a los presentes su apoyo y compromiso con el país y presentó en exclusiva el logotipo de para la celebración del 50 aniversario de la Unimet.
Emprendedores: del “susto en el cuerpo” a iniciativas exitosas
Andoni Goicochea (Goiko Grill), Johanna Muller-Kligspor (El Velázquez 17, Café Murillo, Coolinaria), Román Jove (Cervecera Península) y Fernando Rodríguez (Antojos Araguaney), los emprendedores invitados al I Encuentro de Egresados y Amigos de la Universidad Metropolitana en Madrid, no fueron compañeros de promoción en la Unimet, pero todos están vinculados en alguna medida a la universidad y, además, tienen en común: un “susto en el cuerpo” que no los ha abandonado desde el día en que decidieron emprender.
“Empezamos pequeñito, como hay que empezar, y nos fue bien”, relató Muller-Kligspor, quien es licenciada en Administración de la Unimet (1998), tiene 18 años radicada en España y tres emprendimientos que, pese a los “tropiezos en el camino”, han resultado exitosos.
De “tropiezos” también estuvo lleno el recorrido de Goicochea, dueño de una cadena de hamburgueserías gourmet. “Con muy poquito dinero montamos el primer restaurante, al principio no entraba ni Dios, era horrible, había noches en las que no entraba ni un cliente”, contó. Pero él y su familia persistieron. A la fecha, Goiko Grill cuenta con más de 75 establecimientos en toda España.
Ni para Jove ni para Rodríguez la trayectoria fue diferente, ambos coincidieron en que, sin tropiezos, los emprendimientos exitosos no son posibles, pero tampoco lo son sin apoyo de familia y amigos.
“Mi esposa y yo empezamos a hacer queso en la casa, vivíamos en un apartamento de 60m2, yo no sabía que era emprendedor hasta que llegué a España”, narró Rodríguez. Hoy su empresa, Antojos Araguaney, produce más de 1.500 kilos de queso hilado y alrededor de 90 mil tequeños al día.
“Después de que tú le das la primera cerveza a un amigo y le gusta, te queda esa idea: ¿Y si vivo de esto?”, relató Jove, dueño de la Cervecera Península. “Poco a poco la idea se fue consolidando, hacer cerveza se convirtió en una pasión y decidimos que era algo de lo cual queríamos vivir y conseguimos en Madrid una casa donde hacerlo, Madrid nos abrió las puertas”, agradeció.
Algunas palabras se repitieron con insistencia en el discurso de los panelistas: esfuerzo, pasión, apoyo y miedo. A propósito de esta última todos los invitados afirmaron que este “nunca desaparece”.
“Quizás lo más difícil de ser emprendedor y lo que separa a emprendedores de quienes tienen ideas y no arrancan, es que los segundos arrancan con miedo y, además, la buena noticia es que ese miedo no se te pasa nunca porque aprendes vivir con ese susto en el cuerpo, pero es ese mismo susto lo que te mantiene y te da energía”, confesó Muller-Kligspor.
Fotos cortesía de Marienna García-Gallo